sábado, 21 de agosto de 2010

El Reino de Dios: Utopía de Jesús



Hasta aquí alguno dirá: bueno, entonces cambiemos de gobernantes; pongamosa nuestros pastores a dirigir el mundo y se solucionó el problema... Comochiste es divertido. Tampoco se trata de "capitalistas versussocialistas", sino de algo más profundo. ¿Nos olvidamos acaso que somosembajadores de un reino muy superior a cualquier sistema político imperante?De hecho, la proclamación del evangelio es ruptura con las ideas de la sociedadcontemporánea, mientras las estructuras de este mundo son verticalistas,"Jesús reveló que la autoridad de su reino estaba basada en lasolidaridad y el servicio desinteresado. Su poder era ajeno a todo espíritu dedominación".Suponer que ser cristiano es hablar de cosas sobrenaturales nos hizo olvidar queel Reino de los Cielos es paradigma de una sociedad que los cristianos debemospredicar. Una sociedad que no está estructurada de acuerdo a jerarquíashumanas, una sociedad que no es piramidal ni autoritaria sino que el que quieraser el primero, deberá servir a los demás; porque allí está la clave del"poder" del Reino: el servicio amoroso y desinteresado.Jesús no vino a este mundo a salvar almas sino a rescatar hombres. No unfragmento del ser humano; muy por el contrario, vino a que podamos ser"hombres nuevos": física, mental, espiritual, cultural y socialmentenuevos. De esta forma el Reino de los Cielos no es algo solamente metafísico,sino muy por el contrario es algo de aquí y ahora; es la construcción de unanueva sociedad que no se basa en la sumisión a ningún poder, ni en la idolatríaal dios de mercado ni al dios Estado, sino en el amor de Dios que es en CristoJesús.cerca de qué es "ser cristiano"
Tener una opinión es una cosa, y otra es tener una convicciónTal es la diferencia entre un cristiano "convertido" y uno"convencido". Cualquiera puede adquirir una opinión que lo acerca mása su círculo de pertenencia o tener una convicción que emane de la cultura ola tradición, pero esa convicción sirve sólo cuando esta enraizada en laenergía más profunda de su carácter.En otras palabras: un hombre convertido, no es simplemente un hombre conideales, sino un hombre comprometido con todas sus fuerzas con el Reino de Diosy su justicia .Para hacer referencia a continuación al concepto de carácter cristiano nos esmenester comenzar enumerando qué cosa no es ser – cristiano para luego sí,enunciar lo que verdaderamente es el ser – cristiano.En primer lugar podríamos decir que un cristiano No es una persona queparticipa en el culto. Ya lo dijo Cristo: "el trigo y la cizaña crecenjuntos", por eso es lógico deducir que mucha gente que se congrega yparticipa de los cultos de sus congregaciones van a pasar un rato agradablemirando el espectáculo cúltico dominical.En segundo lugar podríamos decir que un cristiano no es un fanático. El fanáticoes alguien que a simple vista nos puede parecer un hombre muy comprometido consu denominación: No se pierde un culto, es el primero en llegar y el último enirse, participa en todas las actividades que su congregación propone, etc. Peroa su vez es un hombre que le cuesta aceptar una postura diferente, que se irritacuando alguien piensa distinto, que está decidido a creer que todo aquel que noentra en su molde, que no comparte algún aspecto de su doctrina, es un pobrehombre que necesita tener un encuentro con el Señor. (Encuentro que seguramentelo haría más parecido a él).Creo que es posible definir clínicamente al fanático como una personaexcesivamente narcisista, en realidad, alguien muy próximo a la psicosis.Si cambiamos los términos psicológicos de la cita de Fromm para definirlo másteológicamente podríamos decir sin lugar a dudas que un fanático es un idólatra,alguien que está propenso a tener dioses ajenos.Pero definamos ahora qué cosa es ser un cristiano:1. En primer lugar un cristiano es un hombre libre:Donde está el espíritu de Dios hay libertad.Ser libres es romper todo lazo de dependencia; es decir no a los vínculosautoritarios que nos generan dependencia. Es tener una relación con Diospensada y decidida por uno mismo. Cuando otro hombre guía nuestra vida sinpermitirnos ser nosotros mismos; cuando las instituciones o las personas ledicen al hombre hasta cómo se tiene que vestir; estamos, sin duda, frente a unvínculo insano. Cristo nos hizo libres del pecado y de la muerte y ahora nospide NO que busquemos cambiar una dependencia por otra ni que busquemos otros vínculosde dependencia dogmática o institucional. Nos pide que sigamos libres en lalibertad.El ser cristiano no está atado a ningún tipo de autoridad ajena a Su Señor.Durante un largo período de tiempo, la humanidad estuvo sujeta a una autoridadque le decía lo que debía hacer. El rey o el Papa, eran los que definían lamoral del pueblo; gracias a Dios que mandó a un Martín Lutero y tantos hombresmás que nos hicieron comprender que el cristianismo no es verticalista. Ningúncristiano está obligado por el Señor a doblegarse al pensamiento de otrohombre, sino que por el contrario, está obligado a escudriñar por el mismo sinla intervención de ningún "hombre superior" o "representante deDios en la tierra" que quite su libertad de decidir, pensar y actuar desdesu libertad en Cristo.
2. El hombre cristiano está plenamente identificado con la humanidad.No es un religioso, no es un místico, es un hombre que comprendió que Dios amótanto la vida que dio a su hijo unigénito. Todo hijo de Dios está comprometidocon el hombre: con su dolor, su sufrimiento, sus angustias, pesares y alegrías.Vemos en Génesis 4:9 a Caín haciendo la pregunta básica del pecado: "¿Soyyo guardián de mi hermano?". Durante más de un siglo se estuvo predicandoel individualismo como un beneficio de la humanidad: "es mi vida","es mi problema", "es mi salvador personal". Sin embargo,ser cristiano es algo superador del "Yoismo". Es estar comprometidoscon la humanidad, es honrar la vida, es comprender en toda su dimensión quesignifica ser cuerpo.
3. El cristiano tiene reverencia por la vida.La tuya, la mía, de un perro de un gato De un árbol, de toda la genteHonrar la vida, como dice el poema, y en todas sus dimensiones. No se trata dehonrar una "vida espiritual" en desmérito de una vida social,material o política. Todo el hombre está integrado en el plan de salvación,todas las dimensiones de la vida están contempladas por Cristo y, en su plan deestablecer un Reino, no pensó sólo en un reino espiritual sino en el hombreintegral: espíritu – Alma – Cuerpo y ser social.
4. El verdadero cristiano está dotado con un espíritu crítico. No haycristiano si no hay espíritu crítico.Eso es lo que dice Hechos 17:10,11; Los bereanos eran más nobles que los deTesalónica porque no se quedaron con lo que Pablo les decía, sino que iban ala Biblia a comprobarlo.El hombre religioso tiende a creer lo que dice la autoridad: "Lo dijo elpastor... Palabra de Dios". Pero recordemos a los de Berea, ellos en ningúnmomento dijeron: "Lo dijo Pablo"; sino que buscaban e investigaban aver si coincidía con las escrituras.
5. El ser cristiano, es capaz de "ser desobediente".El autoritario es verticalista y supone que la obediencia es santidad y ladesobediencia es pecado. Claro, esto es cierto cuando hablamos de obedecer odesobedecer a Dios. Pero: ¿Se acuerda de la "obediencia debida"?.Hay en este mundo más cosas para desobedecer que para ser obedientes. Hay másdioses falsos que el único y verdadero Dios. ¿Recuerdan a ese botón rojo quenos tuvo pendientes de una bomba nuclear durante décadas?. Si Ud. siendocristiano el presidente le decía "apriete el botón"; ¿Qué hubiesehecho?. Hay desobediencias que preservan la humanidad.Recordemos siempre que nuestra vida es una elección. Para creer en Dios,tenemos que saber ser ateos a los dioses paganos que el mercado nos ofrece adiario. Para ser obedientes a los principios de vida, debemos saber serdesobedientes a los principios que los dioses paganos de este mundo nos quierenimponer.

Claudio Cruces

(Extraido de su libro: Del cristianismo coptado al evangelio de Jesucristo)

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