lunes, 30 de agosto de 2010

La cruz


"El ignominioso suplicio pagano que acababa la vida afrentando la muerte, el madero cruel en que se clavaba no solo a los criminales, sino a las fieras y alimañas inmundas, fue purificado para siempre por la sangre del mas divino de los heroes, el que hizo enmudecer al atrevido Carlyle y estremecerse al formidable Renan; el que cambio el mundo, con su palabra suave, desde un rincon de Galilea."
Rafael Barret "extracto del ensayo: la cruz"
Barret fue narrador,ensayista,escritor,periodista, un exponente libertario en Argentina y Paraguay

mas que una materia



En una ocasion un conferencista comunista daba una charla atea en una fabrica. A todos los operarios los obligaron a concurrir.
Entre ellos,muchos eran cristianos. Se sentaron en silenci, a escuchar argumento tras argumento contra Dios, y con respecto a la
estupidez que significa creer en Cristo. El conferencista procedio a probar que no existe el mundo espiritual, que no hay Dios, ni mas
alla, que el hombre es solamente materia y no tiene alma. Insistio una y otra vez que solo la materia existe.Un creyente se puso de pie y pidio permiso para decir unas palabras.Cuando le fue concedido el permiso, tomo una silla plegadiza, la alzo y la arrojo contra el suelo. La observo durante un momento y
despues avanzo hasta acercarse al conferencista, a quien le dio un fuerte golpe en la cara.Como era logico, causo la indignacion de aquel. Enrojecido de ira, y en medio de horribles obsenidades, llamo a sus camaradas
comunistas para que arrestaran al atrevido, exclamando: "¿como se atreve usted a golpearme, que razon tiene para ello?", el
cristiano replico: " acaba usted de probarnos que miente. Usted ha dicho que todo es materia y nada mas que materia. lance una
silla al suelo y como es solo materia, no se enojo por ello. Es pura materia... Al golpearle a usted ¡su reaccion ha sido muy distinta!
¡la materia no se irrita ni se enoja; pero usted si lo hizo. Por lo tanto camarada profesor, usted esta equivocado. El hombre es algo
mas que materia: ¡es un ser espiritual! ".

Extraido de "torturado por Cristo" de Richard Wurmbrand, pastor luterano, torturado y perseguido durante 14 años en Rumania por el
regimen comunista.

domingo, 22 de agosto de 2010

Dios y la ciencia, ¿están en conflicto?



Aunque hay personas que hacen esta pregunta, entre los hombres de ciencia auténticos no hay muchos que la formulan. Ellos saben muy bien que es pueril y simplista intentar oponer la ciencia a Dios.
Dicha oposición resulta imposible porque Dios se encuentra fuera del dominio de la ciencia. Ya hace mucho tiempo que los filósofos demostraron que era imposible probar tanto la existencia como la inexistencia de Dios.
Entonces ¿cuál es el dominio de la ciencia? Es el mundo concreto, el mundo de los fenómenos. Su finalidad consiste en traducir la realidad a un lenguaje universal, especialmente al de las matemáticas.
La ciencia busca conocer el mundo. ¿Pero el mundo creado por quién? La ciencia no puede ni desea responder. No es su dominio. ¿Podría ser que el universo con su inmensa complejidad haya surgido de la nada? Pensar en ello atenta contra la lógica.
El propósito de la ciencia consiste en descubrir las leyes que rigen los fenómenos. Las leyes de la física, de la astronomía, de la química y de otras disciplinas. ¿Pero quién ha establecido dichas leyes? Expresan un orden que existe y que resulta imposible atribuir a la casualidad o a la necesidad. Se sabe que el desorden puede producirse como resultado del deterioro del orden, pero la ciencia ha demostrado que esto no puede ocurrir a la inversa.
¿Cómo podría concebirse, por ejemplo, que el azar o la casualidad hayan podido crear las condiciones necesarias para el mantenimiento de la vida, que son el resultado de un equilibrio tan delicado? El hombre contemporáneo sabe perfectamente que a pesar de todos sus conocimientos científicos se ve en grandes dificultades para mantener el equilibrio del medio que sustenta la vida. Entonces, cuán absurdo resulta pensar que ese medio tan complejo y delicado haya aparecido sin que nadie lo creara.
¿No hace pensar esto en que un Dios creador resulta indispensable? Esta necesidad se refuerza aún más al examinar la inmensa complejidad del mundo viviente, aun en sus manifestaciones más simples. Se ha podido calcular, por ejemplo, que la probabilidad de que la forma de vida más rudimentaria haya aparecido espontáneamente es de 1 en 10 seguido de 585 ceros, es decir, es algo imposible. Para ilustrar lo que esto significa, diremos que equivale a la probabilidad de que una persona pudiera reproducir la obra literaria de Cervantes o de Ruben Darío golpeando al azar las teclas de una máquina de escribir.
Los que invocan la intervención de una evolución lenta originada hace muchos millones de años para explicar la aparición del ser humano y de otros seres sobre la superficie de la tierra, lo único que hacen es retroceder el problema, sin resolverlo.
¿Podríamos admitir que con el tiempo las grandes computadoras aparecieran en forma espontánea' por supuesto que no. El cerebro humano es infinitamente más complejo que las más modernas computadoras. La computadora pudo ser concebida únicamente por un órgano más perfeccionado que ella: el cerebro humano. Según esto, podemos formular esta pregunta: ¿Qué ser más perfecto que el hombre pudo concebir el cerebro humano? La respuesta es: únicamente Dios.
Volvamos a la ciencia y a su finalidad. Ella explica el funcionamiento de las cosas. Pero no dice por qué funcionan. Tampoco explica el uso que debemos dar al conocimiento que nos proporciona. Juan Daniélou dijo: "La ciencia da juguetes maravillosos a los hombres, pero se olvida de explicarles cómo deben emplearlos".
"La ciencia sin conciencia es la ruina de la humanidad", declaran los sabios contemporáneos. Y notemos bien que no lo dicen los moralistas anticientíficos de otras épocas. ¡Cuán lejos nos encontramos del optimismo expresado en el siglo pasado! Entonces la ciencia joven tenía el candor y la pretensión de su juventud. Creía poder comprenderlo todo, explicarlo todo, resolverlo todo. ¿Dios? ¡No había necesidad de él! El hombre se bastaba a sí mismo. ¡Ya verían lo que podrían alcanzar! En la actualidad lo hemos visto. La sociedad materialista y atea que se formó alrededor de esa ciencia ha comenzado a morir ante nuestros propios ojos. Solamente algunos inconscientes, cada vez más raros, siguen creyendo en el hombre como ser autosuficiente. Los hombres de ciencia muestran más reserva. Han comprendido muchas cosas al final del siglo XX. Han comprendido cuáles son los límites de la ciencia, aun dentro del dominio que le corresponde. Cuanto más aumenta el conocimiento, tanto más retroceden las fronteras de lo desconocido en lo que es infinitamente grande como en lo que es infinitamente pequeño. Por cada secreto que descubre la ciencia, formula dos o tres nuevos enigmas.
También han comprendido su impotencia ante el empleo monstruoso que el ser humano puede hacer de la ciencia. El hombre en la actualidad es capaz de destruir varias veces el planeta y de crear verdaderos monstruos humanos alterando el funcionamiento genético. Hace muchos años que los científicos denuncian los peligros de las pruebas nucleares, e invitan a los responsables a usar el buen juicio y la conciencia humana. Aunque la conciencia no entra en el dominio de la ciencia, constituye el centro mismo del problema. Nuestro siglo, engañado y angustiado, busca a tientas algo diferente. Pide socorro. Sin saberlo, busca a Dios. Algunas personas se dan cuenta de ello y lo anuncian a los demás. Tal es el caso del escritor francés Maurice Clavel, quien lo ha expresado en sus últimas obras que han tenido tanta resonancia. En cambio otros se contentan con olvidar a Dios. Esto plantea una tremenda paradoja: los hombres tienen sed de Dios. Lo buscan confusamente, a riesgo de caer en las supersticiones más insensatas y en las místicas orientales más extrañas.
Mientras tanto, los cristianos con frecuencia se callan, porque no se atreven a anunciar a Dios, a ese Dios que crea, que ama y que salva, a ese Dios que vive. O bien lo humanizan, lo reducen a una idea o a una ideología.
Así es como los hombres han tratado de "matar a Dios". Pero como ha dicho el escritor R. Froissard, "el cadáver de Dios todavía se mueve". No es Dios el que muere, sino que es nuestra civilización la que se está suicidando al volverle la espalda. Todavía es tiempo de volver atrás. Algunos ya lo están haciendo: hombres de ciencia, pensadores, escritores y profesionales de todas clases.
No, la ciencia no aleja de Dios. Al Descubrir la extraordinaria complejidad del mundo y de la vida, más bien nos conduce al borde mismo de la fe. Ahí se detiene, honradamente, porque ésta no pertenece a su dominio.
A nosotros, como seres humanos, nos corresponde dar el próximo paso.


Jean Fiori

(licenciado en Letras y Ciencias Humanas, licenciado en Ciencias Exactas, licenciado en Teología y doctor en Historia.)



La Corteza Terrestre, ¿por casualidad está adaptada para la vida?


En la Tierra parece que la vida existe en todas partes. Si penetramos en las profundidades del océano, más allá del alcance de la luz, en la zona de perpetuas tinieblas, encontramos una variedad muy numerosa de seres vivientes. Si vamos a las tierras de las nieves y de los hielos eternos, o a los inhóspitos desiertos, o si nos adentramos en las cavernas subterráneas, encontramos resistentes especies que han logrado soportar los rigores de estos desapacibles ambientes. En contraste, en la selva, en regiones húmedas y lluviosas o en una zona coralífera, nuestros ojos contemplarán una asombrosa profusión de seres vivientes. Plantas y animales de muchísimas especies viven allí. En esas regiones, la vida se desenvuelve en toda su pujanza.
Por estas razones, uno puede pensar que la vida no sabe de limitaciones, que los desarrollos vitales y sus procesos químicos pueden adaptarse a cualquier circunstancia. Pero eso no es verdad. Dondequiera exista la vida, un gran número de factores específicos deben darse cita. Aunque unos pocos organismos toleran bastante bien un amplio margen de condiciones ambientales, la mayor parte de ellos está restringida a una estrecha variación de temperatura, humedad, salinidad, etc. En verdad, para que se produzca la abundante variedad de vida que conocemos, forman legión los factores necesarios para su desarrollo.

La temperatura
Nuestra Tierra es un planeta de tamaño y ubicación intermedios, lo que en muchos aspectos la hacen idealmente apta para la vida de los seres que la habitan.
La temperatura en el universo tiene una fluctuación que va desde los bajo 0 (273°C bajo 0 ó 0 absoluto en la escala Kelvin) hasta guarismos que se miden en millones de grados sobre cero. La temperatura en el centro de nuestro Sol -una estrella de tamaño mediano- se estima que tiene unos 16 millones de grados centígrados. La vida, tal como la conocemos, puede existir y continuar su proceso reproductor sólo dentro de un escaso límite de fluctuaciones en esta enorme escala. Esta sería, aproximadamente 15°C bajo cero, hasta 82°C sobre cero. Es el margen en el que pueden sucederse favorablemente la mayoría de las funciones vitales y de los procesos químicos de la vida: un minúsculo límite de 97°C. Aun pequeñas variaciones térmicas dentro de esta limitada escala, podrían dar como resultado la extinción de todas las formas de vida en nuestro planeta.
La posición intermedia de la Tierra en la "zona templada" del sistema solar -aproximadamente a 150 millones de kilómetros del Sol-, es justamente lo que se necesita para que se mantengan las temperaturas dentro de los límites extremos en los que la vida puede existir y florecer. Los promedios de temperatura sobre la mayor parte de su superficie, rara vez sobrepasan los 43°C, que es la más favorable porción, dentro del angosto límite de tolerancia.
La temperatura de la superficie del planeta Júpiter, más lejos del Sol, se piensa que alcanza cerca de 86°C bajo cero.
Simultáneamente con los océanos, la humedad de la atmósfera de la Tierra estabiliza la temperatura de la superficie terrestre dentro de los límites que salvaguardan la vida.
Si la Tierra fuera tan pequeña como la Luna (cerca de un cuarto del diámetro terrestre), la fuerza de gravedad sería menor de la necesaria para evitar que ambas -la atmósfera y el agua- se perdieran en el espacio exterior.
En el caso de Mercurio, cuya rotación es tan lenta que durante largos períodos uno de sus lados mira al Sol, la temperatura de ese lado se estima que es altamente mortal y, la del otro, insufriblemente baja.

La atmósfera
La atmósfera de la Tierra forma una capa protectora mucho más complicada de lo que los científicos creían hasta hace poco. Los gases que mantienen la vida, con los que estamos tan familiarizados, en su mayor parte están confinados a una delgada capa de sólo un kilómetro y medio a tres kilómetros de espesor, que llamamos troposfera. Pero más allá de ésta, hay otras capas importantes, como una en la estratosfera con una elevada concentración de ozono. Esta capa de ozono (junto con los efectos del campo magnético de la Tierra), es especialmente efectiva para proteger a la Tierra de las elevadas radiaciones que dañan la vida.
Casi todos los millones de meteorito que diariamente se aproximan a la Tierra se consumen más allá de la estratosfera. Así la Tierra se libra de su mortal impacto. Importantes partículas atmosféricas se extienden a alturas de 200 kilómetros o más. Y los científicos estiman que hay rastros de ellas hasta a trece mil kilómetros.
Al comentar el tamaño de nuestro planeta se dijo que una Tierra mucho más chica perdería su atmósfera a causa de la pérdida de gravedad. Por otro lado, si la densidad de nuestra Tierra fuera mucho mayor, la atmósfera llegaría a ser peligrosamente alta en peso, a la vez que comprimida, por el incremento de la gravedad. Esto podría hacer que su presión fuera insoportable y también podría reducir la evaporación del agua.
El clima es un producto de la atmósfera. Inmensas cantidades de agua -sangre de vida del planeta- son transportadas lejos, tierra adentro, y descienden en forma de agua fresca, nieve, hielo, lluvia, vapor, neblina y rocío. De no ser así, continentes e islas serían desiertos sin vida.
Entre otras cosas la atmósfera terrestre también permite el despliegue de los colores y tonos que vemos en los crepúsculos y en las alboradas, así como en otros fenómenos atmosféricos, que si bien no son vitales para la existencia humana, nutren el sentido estético del hombre.
Por todo lo enunciado y lo que queda por decir al respecto, nos preguntamos: ¿Ha sido solamente cuestión de casualidad el que la situación, la temperatura y la atmósfera de la Tierra se ajustaran a las necesidades vitales del hombre? ¿O es que el Hacedor la planificó para que la vida fuera posible en ella?
Ricardo M. Ritland

¿Existe Dios?



Una buena parte del mundo civilizado está constituida por ateos, los cuales no creen que haya prueba alguna de Dios no demostración de su existencia; pero otros hombres de igual inteligencia y cultura, están convencidos de la realidad de Dios. Es una paradoja el hecho de que un cosmonauta, de regreso en su viaje espacial, hubiera podido exclamar que no encontró a Dios y hubiera podido negar su existencia, mientras que otro navegante espacial, que hizo un vuelo orbital poco tiempo después, hubiera podido declarar que esa experiencia había confirmado y fortalecido su fe en Dios.
¿Hay Dios? ¿Qué pruebas tenemos de ello? ¿Podemos poner a Dios en una probeta? ¿Podemos demostrar su existencia?
Trabajando con materia viviente, los biólogos descubren que los organismos luchan constantemente para alcanzar un destino específico. Todo animal o planta tiene la tendencia de llegar a ser el organismo que debiera ser y, cuando algo se lo impide, trata de superar el obstáculo.


Experimentos significativos

Hace más de cincuenta años, el Dr. H. V. Wilson realizó un experimento clásico con un organismo sencillo. Hizo pasar una esponja a través de un tamiz muy fino en un recipiente que contenía agua marina, y la separó en sus células elementales. A continuación examinó con el microscopio las células que había aislado. Las células se fueron agrupando de a dos, dos células se unieron a otras dos, pequeños grupos se unieron a otros grupos, hasta que todas las células estuvieron de nuevo reunidas en un único cuerpo esférico.
Para su gran sorpresa, en un tiempo relativamente breve, este conjunto de células comenzó a constituir realmente una pequeña colonia de esponja, compuesta de varias especies diferentes de células. Estas células habían sido completamente separadas cuando se las pasó a través del finísimo tamiz, pero fueron capaces de reorganizarse para producir todos los diferentes tipos de células necesarias para formar una colonia de esponja. De alguna manera, cada una de ellas tenía la tendencia y el poder necesarios para dirigir el proceso hacia el logro del objetivo común de volver a constituir una esponja (Véase The Biology of the Spirit de Edmund W. Sinnot, 1955.)
Un brote de geranio puesto en una maceta con tierra volverá a formar una planta completa de geranio. El tronco desarrollará raíces en un extremo, mientras que las células del otro extremo, que nos parecen semejantes, no comenzarán el proceso de desarrollo de las raíces. Tienen en cambio la tendencia exactamente encaminada para promover el proceso de formación del renuevo.
Un platelminto [una clase de gusanos], la planaria, que mide 1 cm, posee una capacidad notabilísima para regenerar las partes que le son cercenadas. Si se corta su cuerpo por la mitad, la parte anterior desarrollará una cola y la posterior una cabeza, originando así dos cuerpos enteros.
Es posible explicar, en parte, esos hechos por medio de las polaridades eléctricas o químicas, o por medio de los gradientes bioquímicos o fisiológicos, pero sea cual fuere la explicación científica resultante, siempre nos hallaremos frente a un sistema guía que está afuera y por encima de los organismos: Dios
La forma en que vuelan algunos animales llama la atención de los científicos hace tiempo. Hace algunos años, un biólogo alemán descubrió que las abejas pueden orientarse por medio del sol y comunicar informaciones las unas a las otras. Cuando una abeja descubre un jardín de rosas, orienta en su mente la posición del jardín con respecto a su colmena y al sol. Luego vuelve a la colmena y ejecuta una danza sobre el cono vertical que cuelga en la misma.
Danzando, la abeja ejecuta una figura más o menos en forma de ocho; la culminación de la danza coincide con el cruce del ocho. El insecto cumplirá esa parte de la danza de manera que forme con la vertical un ángulo cuyo valor expresado en grados es igual al del ángulo formado por el jardín de flores y el punto del horizonte más cercano al sol. Si danza sobre un plano horizontal, el cruce del ocho estará dirigido directamente hacia el jardín de rosas. De esto resulta que las abejas obtienen informaciones sobre la dirección, la distancia y el tipo de flores de esa abeja y de su danza (Véase Bees, Their Vision, Chemical Senses, and Language, de Karl von Fritsch, 1950)
También algunas aves, durante sus migraciones, se sirven del sol. Tienen en su organismo algo parecido a un reloj que les permite calcular correctamente los movimientos del sol y así tienen la posibilidad de viajar manteniendo una dirección común.
Hace unos años, un ornitólogo trató de descubrir su las aves migratorias nocturnas usan las estrellas como referencia para la navegación. Enjauló algunas aves canoras europeas, y notó que durante el período de la migración revoloteaban hacia la dirección en la cual normalmente habrían viajado si hubiesen estado en libertad.
Cuando las puso en una habitación en la cual no podían ver las estrellas durante la noche, perdieron la orientación y no eligieron una dirección particular. Sucesivamente el investigador colocó las aves en un planetario y proyectó en la bóveda un modelo estelar semejante al que se veía fuera del edificio. Las aves se pusieron a revolotear en la jaula según la dirección de migración normal. Cuando cambió el modelo estelar con el del lago Baikal, en Siberia, las aves eligieron una dirección que las habría llevado a Alemania si de veras hubiesen salido de Siberia.
Llevó otra especie de aves canoras al planetario. Estas normalmente vuelan en dirección sudeste hasta hallarse al norte de Egipto; luego se desvían hacia el sur, remontando el río Nilo. En el planetario, revolotearon hacia el sudeste, como estaba previsto. El estudioso alteró poco a poco el modelo estelar proyectado hasta hacerlo parecer al cielo estrellado del norte de Egipto. Nuevamente las aves cambiaron de orientación, según las previsiones. (Véase The Life of Birds, de Joel Carl Welty, 1962.)
Es lógico afirmar que estas expresiones de los modelos estelares sobre la mente de las aves no estaban determinadas por un desarrollo casual, fruto de una ciega evolución, sino por una intervención necesariamente divina.


La memoria humana

Entre todas las cosas creadas, la más estupenda es el cuerpo humano. El órgano más complejo de este cuerpo es el cerebro. El Dr. Wilder Penfield, del Montreal Neurogical Institute, ha hecho algunos descubrimientos insólitos. Bajo anestesia local, por medio de un electrodo, una sonda eléctrica, excitó delicadamente algunas partes del cerebro con un débil estímulo eléctrico. El individuo podía hablar y le decía al cirujano lo que estaba experimentando. Gracias a esta prueba, el Dr. Penfield pudo descubrir que una sección relativamente pequeña del cerebro contiene la memoria. A consecuencia de los resultados de la investigación del Dr. Penfield, un neurólogo pudo hacer los siguientes experimentos:
"Un joven se vio junto con sus primos en su casa en Sudáfrica. Le parecía oírlos reír y hablar. La escena le parecía tan clara como su hubiera cerrado los ojos y se hubiera tapado los oídos inmediatamente después de ocurrida, aunque eso había sucedido algunos años antes.
Una mujer oía la voz de su hijito en el patio de su casa con otros sonidos: las bocinas de los autos, el ladrar de los perros y los gritos de los niños. Una paciente escuchaba en la sala operatoria a una orquesta tocando una pieza musical que la misma no sabía cantar ni tocar y que recordaba haber oído, muy vagamente, algún tiempo antes. Otra paciente oía una canción de Navidad en su iglesia de origen, en Holanda. Le parecía estar en la iglesia y se conmovió de nuevo, justamente como había sucedido esa lejana víspera de Navidad" (Dean E. Wooldridge, The Machinery of Brain, pág. 166).
Evidentemente el cerebro proporciona una secuencia completa de todas las vivencias de la vida. Es como si una grabadora mental registrara permanentemente y un estímulo eléctrico pudiera hacerle reproducir el registro, hasta de vivencias olvidad
Durante la lectura de este artículo, usted no pierde el contacto con el ambiente que lo rodea: la luz, la gente, la decoración de la sala. En este momento, muchas cosas se están registrando en su mente y entrarán a formar parte de su memoria. Podrá suceder que usted no esté en condiciones de recordarlas todas más tarde, pero siempre podrá recordar algunos detalles. Sin embargo, cada cosa está todavía en su mente; un recuerdo completo, fijado permanentemente en dos pequeñas regiones del cerebro.


Testimonios elocuentes

El Dr. Edward Kessel, biólogo de la Universidad de California, afirma lo siguiente: "Si todos los científicos tan sólo consideraran la evidencia de los hechos científicos aquí expuestos con la misma honradez y falta de prejuicio con que evalúan los resultados de sus investigaciones; si tan sólo sometieran sus sentimientos al intelecto, entonces estarían obligados a reconocer que existe Dios. Esta es la única conclusión que corresponde con los hechos. Estudiando las ciencias sin prejuicios, somos llevados a sentir la necesidad de una Causa Primera, que llamamos Dios" ("Let's Look at Fatcts Without Bent or Bias", in The Evidence of God in an Expanding Universe).
Estos datos ¿prueban realmente que existe Dios? No. Son testimonios, no son pruebas. Nosotros no hemos podido poner a Dios en una probeta y demostrar definitivamente su existencia. Dios es demasiado grande para que podamos comprenderlo.
Aquí es útil recordar la historia de los tres ciegos que tocaron tres partes diferentes de un elefante y llegaron a tres conclusiones diferentes acerca del animal. ¿Por qué? Porque no podían verlo en conjunto. Este es nuestro problema. Nuestra mente es demasiado imprecisa para que pueda comprender a Dios.
Entonces, ¿por qué Dios no se hace accesible al hombre? ¿Por qué no se deja poner en una probeta, de modo que su existencia pueda ser demostrada?
¿Puede, acaso, el hombre comprender alguna revelación científica que le sea dada acerca de Dios? Si la realidad de Dios fuese probada científicamente, Dios sería adorado por medio de la fuerza de la razón y no mediante la fe. ¿Cuál sería la mejor manera en que Dios pudiera revelarse al hombre?
Naturalmente, la revelación de Dios debe ser tal que todos los hombres, desde los más sencillos hasta los más cultos, puedan comprenderla. El hecho maravilloso del cual toda la Biblia da testimonio es que Dios se ha revelado verdaderamente a los hombres en una forma comprensible para todos.


La mayor manifestación de Dios

Durante más de treinta años, Jesús, la manifestación de Dios en la probeta de la existencia humana, trató de revelar al Padre a los hombres. Tomó sobre sí la naturaleza humana y vivió entre los hombres. Fue éste el don supremo que Dios hizo a la humanidad. El plan de salvación, trazado antes de la creación de cosa alguna, por si el pecado y el mal entraban en el mundo, es la demostración más sublime del amor y de los propósitos de Dios hacia los seres creados, y asegura la restauración final de la comunión directa con el hombre, que se había perdido.
Pero nosotros, que no tenemos la posibilidad de ver a Dios sobre la tierra, ¿cómo podemos convencernos? Dios no nos ha dejado sin testimonios. Cuatro libros de la Biblia fueron escritos por cuatro testigos oculares que vivieron, trabajaron y anduvieron con Jesús. Uno de ellos declara: "Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad" (S. Juan 1: 14).
Dios se puso allí donde el hombre puede verlo, sentirlo, oírlo y comprender, con sus limitadas capacidades, quién es el Altísimo. Dios existe. Tanto la ciencia como la Biblia afirman claramente esta gran realidad.
Muchos de aquellos que vieron y oyeron la magnífica revelación de la vida perfecta de Dios en la forma de su Hijo Jesús, se negaron a creer. Dios, debido a su carácter, no fuerza al hombre a creer, ni entonces ni ahora. Cada individuo está en libertad para aceptar o rehusar los testimonios de Dios en el mundo de la naturaleza y en las Sagradas Escrituras.


Dr. Haroldo G. Coffin

sábado, 21 de agosto de 2010

El Reino de Dios: Utopía de Jesús



Hasta aquí alguno dirá: bueno, entonces cambiemos de gobernantes; pongamosa nuestros pastores a dirigir el mundo y se solucionó el problema... Comochiste es divertido. Tampoco se trata de "capitalistas versussocialistas", sino de algo más profundo. ¿Nos olvidamos acaso que somosembajadores de un reino muy superior a cualquier sistema político imperante?De hecho, la proclamación del evangelio es ruptura con las ideas de la sociedadcontemporánea, mientras las estructuras de este mundo son verticalistas,"Jesús reveló que la autoridad de su reino estaba basada en lasolidaridad y el servicio desinteresado. Su poder era ajeno a todo espíritu dedominación".Suponer que ser cristiano es hablar de cosas sobrenaturales nos hizo olvidar queel Reino de los Cielos es paradigma de una sociedad que los cristianos debemospredicar. Una sociedad que no está estructurada de acuerdo a jerarquíashumanas, una sociedad que no es piramidal ni autoritaria sino que el que quieraser el primero, deberá servir a los demás; porque allí está la clave del"poder" del Reino: el servicio amoroso y desinteresado.Jesús no vino a este mundo a salvar almas sino a rescatar hombres. No unfragmento del ser humano; muy por el contrario, vino a que podamos ser"hombres nuevos": física, mental, espiritual, cultural y socialmentenuevos. De esta forma el Reino de los Cielos no es algo solamente metafísico,sino muy por el contrario es algo de aquí y ahora; es la construcción de unanueva sociedad que no se basa en la sumisión a ningún poder, ni en la idolatríaal dios de mercado ni al dios Estado, sino en el amor de Dios que es en CristoJesús.cerca de qué es "ser cristiano"
Tener una opinión es una cosa, y otra es tener una convicciónTal es la diferencia entre un cristiano "convertido" y uno"convencido". Cualquiera puede adquirir una opinión que lo acerca mása su círculo de pertenencia o tener una convicción que emane de la cultura ola tradición, pero esa convicción sirve sólo cuando esta enraizada en laenergía más profunda de su carácter.En otras palabras: un hombre convertido, no es simplemente un hombre conideales, sino un hombre comprometido con todas sus fuerzas con el Reino de Diosy su justicia .Para hacer referencia a continuación al concepto de carácter cristiano nos esmenester comenzar enumerando qué cosa no es ser – cristiano para luego sí,enunciar lo que verdaderamente es el ser – cristiano.En primer lugar podríamos decir que un cristiano No es una persona queparticipa en el culto. Ya lo dijo Cristo: "el trigo y la cizaña crecenjuntos", por eso es lógico deducir que mucha gente que se congrega yparticipa de los cultos de sus congregaciones van a pasar un rato agradablemirando el espectáculo cúltico dominical.En segundo lugar podríamos decir que un cristiano no es un fanático. El fanáticoes alguien que a simple vista nos puede parecer un hombre muy comprometido consu denominación: No se pierde un culto, es el primero en llegar y el último enirse, participa en todas las actividades que su congregación propone, etc. Peroa su vez es un hombre que le cuesta aceptar una postura diferente, que se irritacuando alguien piensa distinto, que está decidido a creer que todo aquel que noentra en su molde, que no comparte algún aspecto de su doctrina, es un pobrehombre que necesita tener un encuentro con el Señor. (Encuentro que seguramentelo haría más parecido a él).Creo que es posible definir clínicamente al fanático como una personaexcesivamente narcisista, en realidad, alguien muy próximo a la psicosis.Si cambiamos los términos psicológicos de la cita de Fromm para definirlo másteológicamente podríamos decir sin lugar a dudas que un fanático es un idólatra,alguien que está propenso a tener dioses ajenos.Pero definamos ahora qué cosa es ser un cristiano:1. En primer lugar un cristiano es un hombre libre:Donde está el espíritu de Dios hay libertad.Ser libres es romper todo lazo de dependencia; es decir no a los vínculosautoritarios que nos generan dependencia. Es tener una relación con Diospensada y decidida por uno mismo. Cuando otro hombre guía nuestra vida sinpermitirnos ser nosotros mismos; cuando las instituciones o las personas ledicen al hombre hasta cómo se tiene que vestir; estamos, sin duda, frente a unvínculo insano. Cristo nos hizo libres del pecado y de la muerte y ahora nospide NO que busquemos cambiar una dependencia por otra ni que busquemos otros vínculosde dependencia dogmática o institucional. Nos pide que sigamos libres en lalibertad.El ser cristiano no está atado a ningún tipo de autoridad ajena a Su Señor.Durante un largo período de tiempo, la humanidad estuvo sujeta a una autoridadque le decía lo que debía hacer. El rey o el Papa, eran los que definían lamoral del pueblo; gracias a Dios que mandó a un Martín Lutero y tantos hombresmás que nos hicieron comprender que el cristianismo no es verticalista. Ningúncristiano está obligado por el Señor a doblegarse al pensamiento de otrohombre, sino que por el contrario, está obligado a escudriñar por el mismo sinla intervención de ningún "hombre superior" o "representante deDios en la tierra" que quite su libertad de decidir, pensar y actuar desdesu libertad en Cristo.
2. El hombre cristiano está plenamente identificado con la humanidad.No es un religioso, no es un místico, es un hombre que comprendió que Dios amótanto la vida que dio a su hijo unigénito. Todo hijo de Dios está comprometidocon el hombre: con su dolor, su sufrimiento, sus angustias, pesares y alegrías.Vemos en Génesis 4:9 a Caín haciendo la pregunta básica del pecado: "¿Soyyo guardián de mi hermano?". Durante más de un siglo se estuvo predicandoel individualismo como un beneficio de la humanidad: "es mi vida","es mi problema", "es mi salvador personal". Sin embargo,ser cristiano es algo superador del "Yoismo". Es estar comprometidoscon la humanidad, es honrar la vida, es comprender en toda su dimensión quesignifica ser cuerpo.
3. El cristiano tiene reverencia por la vida.La tuya, la mía, de un perro de un gato De un árbol, de toda la genteHonrar la vida, como dice el poema, y en todas sus dimensiones. No se trata dehonrar una "vida espiritual" en desmérito de una vida social,material o política. Todo el hombre está integrado en el plan de salvación,todas las dimensiones de la vida están contempladas por Cristo y, en su plan deestablecer un Reino, no pensó sólo en un reino espiritual sino en el hombreintegral: espíritu – Alma – Cuerpo y ser social.
4. El verdadero cristiano está dotado con un espíritu crítico. No haycristiano si no hay espíritu crítico.Eso es lo que dice Hechos 17:10,11; Los bereanos eran más nobles que los deTesalónica porque no se quedaron con lo que Pablo les decía, sino que iban ala Biblia a comprobarlo.El hombre religioso tiende a creer lo que dice la autoridad: "Lo dijo elpastor... Palabra de Dios". Pero recordemos a los de Berea, ellos en ningúnmomento dijeron: "Lo dijo Pablo"; sino que buscaban e investigaban aver si coincidía con las escrituras.
5. El ser cristiano, es capaz de "ser desobediente".El autoritario es verticalista y supone que la obediencia es santidad y ladesobediencia es pecado. Claro, esto es cierto cuando hablamos de obedecer odesobedecer a Dios. Pero: ¿Se acuerda de la "obediencia debida"?.Hay en este mundo más cosas para desobedecer que para ser obedientes. Hay másdioses falsos que el único y verdadero Dios. ¿Recuerdan a ese botón rojo quenos tuvo pendientes de una bomba nuclear durante décadas?. Si Ud. siendocristiano el presidente le decía "apriete el botón"; ¿Qué hubiesehecho?. Hay desobediencias que preservan la humanidad.Recordemos siempre que nuestra vida es una elección. Para creer en Dios,tenemos que saber ser ateos a los dioses paganos que el mercado nos ofrece adiario. Para ser obedientes a los principios de vida, debemos saber serdesobedientes a los principios que los dioses paganos de este mundo nos quierenimponer.

Claudio Cruces

(Extraido de su libro: Del cristianismo coptado al evangelio de Jesucristo)

Credo

CredoCreo en Dios
Porque se hizo humano
Y se levantó temprano
Para ir a trabajar
Creo en Dios
Porque se hizo carpintero
Sabe lo que es ser obrero
Y tener que transpirar
Creo en Dios
Porque amó a las prostitutas
Desechando a los reclutas
De la religiosidad
Creo en Dios
Ese Dios tan proletario
Ese Dios que se hizo humano
Para venirme a salvar
Creo en Dios
Porque no es un moralista
Nunca jode a los artistas
Ni les dice que cantar
Creo en Dios
Porque es madre, porque es hijo
Porque es desaparecido
De un gobierno militar
Creo en Dios,
Porque usa mameluco
Y bendice a los trabucos
Que luchan por la libertad
Creo en Dios
Ese Dios tan proletario
Ese Dios que se hizo humano
Para venirme a salvar
Claudio Cruces
San Isidro, 2002

¿Que es el cristianismo?

A mediados del año 2007, Carlo Guineburg, un historiador piamontes, dio una conferencia en la biblioteca nacional bajo el título: "miedo, reverencia, terror: releer a Hobbes hoy". Citando a este filósofo inglés dijo: "la religión es un mero instrumento político para refrenar los impulsos y mantener al hombre en un estado de sujeción"..., "el Estado, el dios mortal generado por el miedo del hombre infunde terror, un sentimiento que mezcla el miedo y la sujeción,"..."para presentarse como autoridad legitima, el estado necesita los instrumentos y las armas de la religión" "supongamos que la degradación ambiental aumenta hasta alcanzar niveles intolerables. Llegado este punto, un control global sobre el mundo, sus habitantes, sería inevitable y la supervivencia del genero humano impondría un pacto parecido al qie imaginaba Hobbes, en el que los individuos renunciaban a sus libertades a favor de un super estado opresivo.Hoy estos hechos se ven clara y patéticamente sobre un escenario donde impostura, engaño, atropello, despojo y muerte actúan bajo la bendición de fundamentalismos religiosos. Este panorama sin embargo contrasta con el origen del cristianismo, una contracultura que afrontaba la represión tanto politica como religiosa, sustentada sobre premisas de Jesús, tales como: "Ama a tu enemigo", o "den al Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios".Con otros matices el filosofo Gianni Vattimo, piamontes también, propone un cristianismo no religioso" : un humanismo que es portador de un "pensamiento débil", esto es que rechaza suficiencias, que reconoce al hombre "ligado al tiempo, a la vida y a la muerte", como una búsqueda de una "emancipación humana con progresiva reducción de la violencia y los dogmatismos".Vattimo, que fue diputado del parlamento europeo por el partido izquierdista "El Olivo" , exhorta a recuperar la raíz neotestamentaria del cristianismo; siguiendo su consejo encontraríamos en el NT una experiencia individual y colectiva de liberación, reparación y cambio que genera solidaridad.Uno de los casos paradigmaticos es el de Saulo de Tarso, dirigente religioso fanático, suficiente, autoritario y represor, que al chocar contra un Cristo vivo, encuentra la Fe, el verdadero contenido de las escrituras y un poder transformador. De esto surge un Pablo libertario, abnegado, esclarecedor del cambio, que murió luchando por divulgar la doctrina del Hombre Nuevo". Esto se funda en el "nuevo nacimiento" de Jesús, que es la aceptación de Cristo como redentor y Señor, ajeno a tradiciones que apelan la suficiencia.Volviendo a Vattimo, que critica al Vaticano y los supone extensivo a los "evangelios fundamentalistas" que apoyaron a la "cruzada" de Bush, podemos agregar su propuesta de profundizar la reforma.Dejando de lado la cuestionable influencia del frances Jean Calvin, llamado comúnmente Calvino, promovido en Inglaterra y luego en EEUU que dio el concepto de "superioridad protestante" , podemos revisar e ir mas allá de principios básicos sobre justificación por Fe y libre acceso de interpretación de las escrituras. Queda pendiente observar la doctrina de la iglesia primitiva sobre la obra completa de Cristo como sustento de nueva vida en abundancia; de su presencia en la cida de todo hombre y como Señor de la historia. Otro aspecto es la obra del Espíritu Sando recelando la autoridad de Cristo que quiere en los suyos con su mente y su carácter.El cristianismo auténtico puede identificarse por un cabal reconocimiento de la obra completa de Jesús, justo a una cabal respuesta a sus demandas, a sus exigencias, paradójicamente esto se traduce en liberación, descanso, sustente, certeza, lo opuesto a tergiversación común de ciertas tradiciones que en su impostura piden al hombre lo que no puede dar de si, generando cargas y dependencias.Para Cristo hay un "ser o no ser"; se produce puntualmente "el nuevo nacimiento" o se muere. "El que no está a favor mío está en contra mía, y el que conmigo no recoge, desparrama"(Mateo 12:30). El únicamente da vida y lo hace en forma personalizada, una obra indelegablemente suya, con sus principios intactos. Toda mescolanza, donde su obra, su persona sea un mero ingrediante, le sera rechazada.Una tradición se apoya en Pedro como fundamento, esto se hace mutilando la escritura. Si leemos Gal 1:11-20 y 2:6-14 podemos observar a Pablo, un creyente nuevo, que sabe que su misión surge de la revelación de Cristo mismo, que relativiza la opinión de los apóstoles; llega a reprender públicamente a Pedro por faltar a la doctrina. Esto no significa ruptura ni excomunión; seguramente hay reparación y lo que sigue es un vinculo de respeto y afecto.En cuanto al conocimiento de la verdad, Pablo en Filipenses 3:1-13 lo cifra sobre la persona de Cristo actuando con su poder sobre la debilidad humana; esta percepción la considera superior a la mera consideración de las escrituras y a una tradición que pretende ser cumplidora. A esto lo considera basura, en comparación con el deslumbramiento que produce un autentico aprendizaje, permanentemente abierto a lo nuevo.Las consecuencias de esta profunda experiencia se expresa en conductas de solidaridad, de compasión, de intercesión; lo que se corresponde con lo que pide Jesús: "hagan ustedes con los demás como quieren que los demás hagan con ustedes" (Lucas 6:31)

Juan Carlos Labayen